teatro Florencio Sánchez del Cerro,Martes 19 de julio, 19,30 hs

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El negro jefe

Día Mundial de Mandela  mandela 14

08.08.2013

MALDONADO (Uypress) — Por cuarto año consecutivo, el Colectivo Ciudadanas y Ciudadanos por el Día Mundial de Mandela conmemoró la fecha instituida por las Naciones Unidas. Por cuestiones de agenda la celebración no pudo llevarse a cabo, como corresponde, el 18 de julio, y se realizó en la jornada del martes 6, en el Parque de los Derechos Humanos “Nelson Mandela” de la ciudad de Maldonado.

Con el intendente de Maldonado, Óscar De los Santos, como anfitrión y con la presencia del Presidente de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH), Juan Raúl Ferreira; el ex ministro de Educación y Cultura, Prof. Yamandú Fau y el presidente del Consejo de Primaria, Héctor Florit, se llevó a cabo una nueva edición en Uruguay del Día Internacional de Mandela.
La conmemoración se desarrolló por segundo año en la ciudad de Maldonado, en el céntrico Parque de los Derechos Humanos "Nelson Mandela", ubicado en la intersección de Cachimbas del Rey y Simón Bolívar. Participaron alumnos de las escuelas Juana de Ibarbourou y 99 de Maldonado, así como una delegación de más de 40 estudiantes del Liceo Nº 15 de Montevideo, que concurrió encabezada por su director, el Prof. Oscar Destouet.
El evento consistió de dos partes: la primera en el propio Parque, donde se descubrió un cartel alusivo al homenajeado y en la cual hicieron uso de la palabra Ferreira, Fau y Florit. Luego de la oratoria se procedió, por parte de efectivos del Ejército, a una suelta de palomas, para simbolizar el espíritu libertario de Mandela y su ideario de justicia e igualdad.
Una segunda parte tuvo lugar con los alumnos del Liceo 15 en la Intendencia, donde en nombre de los convocantes dirigió unas palabras Daniel Feldman, intervino el director del Liceo y se procedió a la proyección del documental "El camino a la libertad", basado en la autobiografía del dirigente sudafricano. Posteriormente los alumnos compartieron una merienda en la sede de la Asociación de Bancarios de Maldonado.
Juan Raúl Ferreira: "El gran pacificador de Sudáfrica"
El  presidente de la INDDHH, comenzó señalando que tuvo la enorme suerte de ver en vivo y en directo tres veces a Mandela; "las tres veces en circunstancias totalmente distintas".
Reseñó esas tres ocasiones: la primera, cuando él aún estaba preso en total aislamiento en Robben Island. Se había corrido el rumor de que su salud se había deteriorado mucho e incluso se especulaba con que hubiera muerto. Fue así que el régimen racista permitió que cinco entidades  lo vieran. Ferreira acudió en representación de la Liga Internacional de Derechos Humanos. Como dato anecdótico señaló que de los cinco delegados que concurrieron, dos eran uruguayos; el otro era el recientemente fallecido pastor Emilio Castro.
Contó Ferreira que lo pudieron ver en su celda pero de lejos y sin poder hablarle. "Simplemente pudimos verlo; se paró, giró 360º, se sentó y nos tuvimos que retirar", reseñó.
"Mandela era libre aún en esas circunstancias; su libertad no dependía de sus carceleros sino de su actitud ante la arbitrariedad", agregó Ferreira.
La segunda vez que el ex senador, ex embajador y actual presidente de la INDDHH vio a Mandela fue en ocasión de su asunción como presidente de Sudáfrica. "Lo vi de lejos; integraba una delegación que concurrió al país con motivo del comienzo de su presidencia", contó Ferreira.
Resaltó la capacidad de Mandela de convertirse en el gran pacificador de Sudáfrica.
La tercera vez que Ferreira vio a Mandela fue en la cumbre del MERCOSUR en Ushuaia, ocasión esta en la que sí pudo conversar y compartir la mesa con él.
"Mandela lo conquistó todo por sí mismo, a partir de la coherencia y convicción" señaló.
Reseñó Ferreira que en su escritorio tiene una foto del pastor Castro abrazando a Mandela, la cual le trae recuerdos "pero que también tiene el símbolo de que la lucha por la justicia y la igualdad entre los hombres, por la fraternidad, se abraza, no solamente en las grandes figuras de la historia, como lo han sido ambos sino también en cada uno de nosotros, siempre y cuando nos comprometamos a no ceder y dejar caer los brazos, en definitiva, a no silenciar cada vez que nos encontremos frente a una situación de injusticia".
Yamandú Fau: "Los derechos humanos son un compromiso de vida
El ex diputado y ex ministro Yamandú Fau inició su intervención señalando que participaba en su condición de docente "que ha venido a adherirse a este acto, tan merecido y tan justo",  y sin ningún tipo de representación partidaria.
Fau felicitó a las autoridades departamentales por la feliz idea de designar un parque como "de los derechos humanos".
"Los derechos humanos no se agotan en lo que pretendemos enseñarle a los niños como los contenidos de una Constitución o las leyes; los derechos humanos son mucho más que un pronunciamiento jurídico; son un compromiso de vida".
Dirigiéndose a los escolares y liceales presentes, enrabó la vigencia de los derechos humanos con la educación y el derecho a la misma.
Resaltó el nombre de Nelson Mandela para el Parque, alguien que "vaya si tiene derecho a manifestar al  mundo que la adversidad se puede superar ".
Dijo también Fau que nunca se llega al final en la lucha por los derechos humanos; es un camino de conquistas permanentes.
Señaló también que Mandela, "aún pensante", más de una vez se debe haber identificado con las palabras del Gandhi, que dijo que "en el mundo de la violencia se han conquistado grandes cosas, pero estaba convencido que en el campo de la no violencia estaban por conseguirse cosas más maravillosas aún".
"Cuando pasen por este Parque, piensen que estos derechos son los que van a reivindicar durante toda su vida", concluyó Fau.
Héctor Florit: "Es un honor promover que escuelas públicas lleven el nombre de Mandela"
El director general de Primaria, Maestro Héctor Florit, manifestó que para el Consejo de Primaria era un alto honor -ante la iniciativa de los organizadores- proponer o alentar que haya escuelas públicas que se identifiquen con el nombre de Nelson Mandela.
Destacó el antecedente de las escuelas "Clemente Estable", que hay una en cada Departamento con ese nombre, las cuales se reúnen una vez al año para reflexionar y debatir.
Destacó que sería interesante una experiencia similar con escuelas Nelson Mandela, que se reúnan periódicamente para reflexionar sobre un legado que es cada vez más vigente y cada vez más valioso.  Dijo que este legado se identifica con la educación pública de nuestro país. "¿Quién no identifica la educación pública uruguaya como el espacio institucional donde convive lo diverso"?, se preguntó.
Se refirió al legado vareliano así como al objetivo de construir una identidad e imagen común "partiendo de lo diverso".
"Debemos reconocernos como distintos, pero con igualdad en nuestra dignidad", afirmó Florit. "¿Qué otro más importante que este es el mensaje de Nelson Mandela?"
"El legado de Mandela es precisamente eso; no el triunfo de unos sobre otros, sino el logro de conquistar una democracia de unos con otros",
Mandela "pasó de ser un oprimido y un reprimido, no a ser un opresor, sino un constructor de una democracia política y de una república con todos", concluyó su intervención.
En la Intendencia
En la Intendencia de Maldonado, y previo a la proyección del documental sobre la vida de Mandela para los alumnos del Liceo 15, Daniel Feldman, en representación del Colectivo Ciudadanas y ciudadanos por el Día Mundial de Mandela" historió brevemente la conmemoración que se desarrolla en nuestro país desde 2010, a la cual se agregó desde al año pasado una celebración oficial organizada por el Parlamento.
Parafraseando a Mandela, convocó a los jóvenes "a ser los amos de sus destinos y los capitanes de sus almas, que en gran medida, de eso se trata la vida".
El director del Liceo 15, Profesor Óscar Destouet, dijo que "Mandela vivió la mayor parte de su larga vida en el siglo XX. Fue el siglo de las víctimas, y también el del mayor avance científico. Nunca antes la humanidad logró un desarrollo científico tecnológica tan grandioso y acelerado, pero también como nunca antes tantos fueron los crímenes cometidos por los Estados sobre su propia población".
En parte del relato de la epopeya del líder sudafricano, Destouet señaló que "la lucha del pueblo sudafricano y las campañas internaciones de solidaridad obligaron al gobierno racista blanco a ofrecer su libertad a cambio que renunciara a sus principios. Su respuesta fue contundente 'Los prisioneros no pueden asumir contratos. Sólo pueden negociar los hombres libres'. Esto le costaría seis años más de cautiverio".
"Mandela, es un ejemplo viviente de optimismo y confianza en el ser humano, en lo mejor de los hombres. Luchó y sigue luchando por una utopía en permanente construcción. Las legislaciones discriminatorias fueron suprimidas en el mundo entero, pero el racismo y el desprecio al diferente aún no. La mejor manera de reconocer y homenajear a Mandela es reconocer la diferencia y luchar contra nosotros mismos desplazando la discriminación. Dejar el Yo y empezar a construir el nosotros", finalizó el director del Liceo 15.
dfp

Documentos asociados:
Resolución Consejo Educación Inicial y Primaria - Mandela.pdf -

Una Historia con Mandela

Por Juan Raúl Ferreira (periodismo@juanraulferreira.com.uy) | Martes, 24 de julio del 2012   Cuando el Uruguay no llegaba a los noventa años, a los 88 años de la Jura de la Constitución, más precisamente, en poblado de un par de cientos de pobladores, en Sud Africa, nacía Nelson Mandela. Del clan de los Madiba así le llamaban sus amigos cuando a inicios de la década de los 40 se fue a estudiar a Johannesburgo, luego de haber sido expulsado de un par de centros de estudio por su militancia gremial. Sus contemporáneos dicen que ya se veían en él sus condiciones de liderar. Cuando el 18 de julio Uruguay celebraba su fecha Patria, Mandela cumplía 94, más que los que nuestro país tenía cuando él nació. En estas partes del mundo, salvo elites de estudiantes y profesionales Mandela no era demasiado conocido cuando fue preso a inicios de la década del 60. Su figura comenzó a crecer internacionalmente en la cárcel. Por el año 64 quiso visitar a Uruguay el Ministro de Agricultura Sudafricano, pero su joven colega uruguayo, mi padre, no lo quiso recibir en protesta por el Apartheid y en solidaridad con una huelga de hambre que desde la cárcel hacía un hombre de cuarenta y pocos años; Nelson Mandela. Yo era muy niño. Apenas recuerdo algunos rum rums de la prensa de la época. Pasaron los años, todos fuimos creciendo y también el prestigio de Mandela. En mis años de exilio en Washington, la WOLA, institución de derechos humanos en la que yo trabajaba, focalizaba toda su labor en América Latina. Pero en aquel histórico edificio frente al Capitolio al número 100 de la Avenida Maryland convivíamos luchadores libertarios (“freedom fighters”) de todas las causas. Conocí pues, muchos exiliados Sud Africanos y marché más de una vez frente a la Casa Blanca. Un grupo de uruguayos, Nicolás Grab, si no recuerdo mal Alejandro Artucio (con quien la democracia uruguaya tiene una deuda permanente) y algunos otros exiliados en Ginebra, habían formado la Asociación Uruguaya contra el racismo y el Apartheid, de la que no recuerdo cómo terminé de Presidente. Ahí empecé a leer y aprender más de esta figura gigante a quién el régimen racista, cuanto más aislaba, más proyectaba internacionalmente. Esas vueltas de la vida, en al año ’79 me mudo a Nueva York donde ingreso por concurso como Sub Director y representante ante ONU de la Liga Internacional de Derechos Humanos. La oficina quedaba sobre la calle 46 Este a pocas cuadras de la sede de la ONU. Aquella primavera iba revisando las páginas de la declaración que debía de leer sobre el Apartheid y la libertad de Mandela. Tenía audiencia con la Primera Comisión, la de Asuntos Políticos de la Asamblea General estaba en proceso. Finalizada la sesión pensaba, “esto que he hecho es un mínimo granito de arena de los millones que día a día arriman seres solidarios alrededor del planeta. ¿Él sabrá algo de esto? No me acuerdo exactamente cuándo fue. por allí por el año 82, cuando ya soñábamos que el regreso al Uruguay se haría esperar pero llegaría… Me llama de Ginebra el Pastor Emilio Castro, el padre espiritual de todos los uruguayos que estábamos exiliados. Un Uruguayo ilustre, si los hay, que aunque su pasaporte había sido anulado por “APATRIDA” por la dictadura uruguaya, era, nada más ni nada menos que el Secretario general del Consejo Mundial de Iglesias. “el Papa protestante” le decía mi viejo con singular y contradictorio humor. Emilio había conseguido autorización para vistarlo en su celda. Iríamos Maureen Berman, el Rev. Bill Wipfler, Castro, por lo menos dos más cuyos nombres no recuerdo y yo. No podía creerlo. La leyenda iba a tener rostro. hacía poco que lo habían trasladado de la Isla de Robben donde había estado más de 15 años y decían que el nuevo centro de reclusión era ejemplar. Querían mostrarlo y no aguantaban la presión internacional. Y lo vimos. Solamente pudimos verlo. Era el preso 46664. Estaba sentado en una celda de muy escasa luz. Lo hicieron pararse y girar 360 grados para que observáramos a distancia que “estaba bien.” Solamente le pudimos regalar una mirada, un gesto solidario, breve, interrumpido, violentamente, aunque con modales corteses. Que horrible, dejar que la puerta se cerrara ante nuestros ojos, irnos y dejarlo. Horrible. Retornada la democracia en Uruguay, legisladores de todos los Partidos golpeábamos las puertas de la Embajada. “Es un terrorista” era la única respuesta que recibíamos. El 11 de febrero de 1990 no hubo lugar en el mundo donde la gente no ganara las calles para celebrar su libertad. Lo volví a ver en Argentina, en la Cumbre del Mercosur de Ushuaia cuando en julio de 1998. Yo estaba allí como Embajador uruguayo. Y él.. él como Presidente de una Sudáfrica libre y democrática. Y embajador Mundial de la Paz. No me atreví ni acercármele. Todos los que allí estaban lo ovacionaron y en el rostro de cada uno se adivinaban historias como ésta que yo cuento hoy. Porque él marco de a uno, a varias generaciones del siglo XX. Terminó sus palabras en Ushuaia diciendo “Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento. __

Homenaje Uruguayo 2012 a Mandela

Martes 31/7, hora 19,
Casa de la Cultura de Maldonado,  
Dirección: Rafael Pérez del Puerto y Sarandí  
Teléfono 42 23 17 86

(agradecemos difundir)

Día Internacional de Mandela

05.07.2012

MONTEVIDEO (Uypress/Daniel Feldman) - En 2009, la ONU instituyó el 18 de julio como el Día Internacional de Mandela. Ese día, en este año, estará cumpliendo 94 años. El objetivo principal del Día de Mandela es inspirar a las personas a tomar medidas para ayudar a cambiar el mundo para mejor, y al hacerlo, construir un movimiento mundial para el bien.

En última instancia, lo que se pretende es empoderar a las comunidades en todas partes. “Emprender la acción, inspirar el cambio, hacer cada día un Día de Mandela”, es parte del lema.


En nuestro país, un grupo de ciudadanas y ciudadanos realizará el 31 de julio, por tercer año consecutivo, la conmemoración de dicho día.


En 2010 la convocatoria se realizó en la Sala 18 de Julio de Cinemateca y el año pasado en el Centro Cultural Florencio Sánchez del Cerro. Este año la convocatoria es para la ciudad de Maldonado. Participará el Intendente Oscar de los Santos y se espera contar, como en las os ocasiones anteriores, con la presencia del Embajador de la República Sudafricana. En la ocasión se proyectará la película Invictus, protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon, que trata sobre el campeonato Mundial de rugby que se realizara en Sudáfrica y conquistara el locatario y cómo Mandela logró alinear a todo el país tras su selección. También, el grupo de ciudadanos convocantes, viene trabajando en la iniciativa de que se designe con el nombre de Nelson Mandela a un centro educativo del país.


A continuación les entregamos el texto completo de la convocatoria:


La Asamblea General de la ONU adoptó por consenso el Día Mundial de Mandela en 2009. Se trata de un hecho histórico pues es la primera vez que un día del calendario internacional lleva nombre propio: además de Día de los Trabajadores, del Medio Ambiente, de los DDHH y otros muy significativos, los representantes de todo el orbe se pusieron de acuerdo en que este hombre simboliza los ideales que la organización proclama –y que muchos de sus países miembros no practican–: libertad, igualdad, justicia social, democracia. ¿Cómo fue posible que este negro africano, proclamado terrorista por el régimen racista de su país desde 1964, pero también por otros –recién en 2010 su nombre fue suprimido de la lista por el Congreso de los EEUU–, sea ahora el líder mundial vivo más respetado y venerado? Muchas cosas han pasado en el mundo para esto; seguramente, la más importante es la vida del propio Mandela: sus ideales, su lucha, su entrega, su dignidad.
Mandela fue líder de un pueblo oprimido y humillado por los racistas blancos, desde la conquista en el siglo XVII, de la mano de la iglesia holandesa reformada que se autoadjudicaba el papel de raza elegida y superior. Por las casualidades de la vida logró estudiar en su infancia –fue el primero de su tribu que lo hizo–; decidió ser abogado a pesar de haber sido expulsado del Colegio Universitario por pertenecer al Consejo de Representantes Estudiantiles –junto a su amigo Oliver Tambo– y promover una huelga. Fue el primer abogado que estableció un estudio jurídico para defender a los negros, por lo tanto, pobres y sin derechos, en los años 40.
Así se transformó en un activo luchador del partido del Congreso Nacional Africano (CNA), integrando su juventud y destacándose como dirigente. Fueron esos jóvenes que dieron un nuevo impulso a la lucha histórica que desplegaba el CNA desde principios del siglo XX contra el racismo y la explotación. Ellos fueron los redactores de la famosa Carta de la Libertad, un documento de 1955 donde se exponía un programa anti racista, liberador y democrático, que apuntaba a la transformación radical de Sudáfrica.
Rápidamente se transformaron en dirigentes del CNA y empezaron a ser reconocidos a nivel nacional como líderes de todo el pueblo. Sufrió persecuciones, fue encarcelado y juzgado con acusaciones falsas que él mismo, ejerciendo su propia defensa, logró desenmascarar. Desde entonces, promovió la desobediencia civil, las huelgas, la no colaboración; en fin, tomó gran parte de las enseñanzas de Gandhi para desarrollar la lucha no violenta a pesar de la represión brutal a la que eran sometidos.
Pero Mandela no dudó al inicio de los años 60 en adoptar formas de lucha más radicales, incluyendo acciones armadas y sabotajes, dado el incremento de la violencia del régimen y el cierre de otros caminos legales.
Sería uno de los principales líderes del pueblo sudafricano, perseguido y buscado por todo el territorio por las fuerzas racistas que lo consideraban uno de sus enemigos fundamentales. A pesar de su famosa habilidad para esconderse y recorrer pueblos y ciudades organizando la lucha, fue nuevamente apresado y condenado a cadena perpetua en 1964. En el juicio de Rivonia se le acusó de sabotaje. Las declaraciones de Mandela ante el tribunal durante este proceso son un clásico en la historia de la resistencia contra el apartheid y han inspirado a todos. Su histórico alegato concluye con las siguientes palabras: “He luchado contra la dominación blanca, he luchado contra la dominación negra. He venerado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la cual todas las personas vivan juntas en armonía e igualdad de oportunidades. Es un ideal al cual espero consagrar mi vida y realizarlo. Pero si fuera preciso, es un ideal por el cual estoy dispuesto a morir”.
Pasaría 20 años en la prisión de máxima seguridad de Robben Island, donde fue condenado a trabajos forzados y donde el racismo se expresaba hasta en la menor cantidad de comida que recibían los presos negros. A medida que crecía la lucha del pueblo y la presión internacional se hacía sentir sobre los gobernantes del Partido Nacional sudafricano, hubo intentos de negociar con Mandela, ofreciéndole su liberación a condición de que renunciara a ciertos principios. Es famosa su respuesta, leída por su hija en un acto público en 1984:


“Los prisioneros no pueden asumir contratos. Sólo pueden negociar los hombres libres.” Esto le costaría seis años más de cautiverio. Los sucesos políticos se precipitaron en el país y Mandela fue finalmente liberado el 11 de febrero de 1990. Inmediatamente retomó su rol de líder indiscutido del CNA y de todo su pueblo, logrando el acuerdo de noviembre de 1993 que estipuló el nacimiento de un régimen no racista ni sexista, democrático, bajo el principio de una persona un voto – viejo lema de los luchadores negros sudafricanos –.
En las elecciones de abril de 1994 Nelson Mandela es electo presidente de la República de Sudáfrica, cerrando una de las etapas más vergonzosas de la humanidad y abriendo una nueva vida para ese gran país y todo el continente africano.
La población negra había sufrido todo tipo de vejámenes, además de ser sometida a la explotación más descarada por la minoría blanca. Razones de sobra tenían para pedir justicia por los crímenes cometidos. Muchos pensaban que una guerra civil o un ajuste de cuentas contra la muy minoritaria población blanca era la salida inevitable a tan dramática situación. Sin embargo, aquí surge, otra vez, la figura de este hombre lúcido y principista: no se trataba de imponer el racismo de signo contrario ni de aplicar los mismos métodos que habían condenado del opresor blanco. Lucharon, dieron sus vidas y sus bienes, por una causa noble que no debían abandonar ahora que tenían el poder.


Su prestigio y su capacidad militaron en esta dirección.
Mandela, el que fue capaz de promover huelgas y sabotajes en los años del apartheid, también fue el hombre que impulsó la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en su país. Para unos y otros. También se juzgaron los crímenes cometidos por luchadores negros, incluida su esposa Winnie –de quien se divorció años después–. Madiba –como le dicen, aludiendo a un título honorífico de los viejos de su tribu– fue el hombre del Campeonato Mundial de rugby en su país en 1995, deporte de blancos odiado porlos negros, al que logró transformar en un hito de la unidad nacional como tan bien cuenta el film Invictus.
No estamos solamente ante un gran sudafricano, sino ante un líder mundial que lucha desde su juventud por los valores que todos deberíamos promover y practicar; sin soberbia, sin resentimientos y sin renunciamientos, ubicando siempre al ser humano de cualquier color como centro de su preocupación.
Por todo esto, los uruguayos que vivimos apasionadamente el Mundial de fútbol que su país organizó magníficamente y que tanta alegría y autoestima nos devolvió, no podemos dejar de sumarnos a este día, el de su cumpleaños 94, para celebrar juntos su ejemplo y sus ideales, para comprometernos con su causa noble que no es otra que la de una sociedad mejor para todos.


Ciudadanas y ciudadanos por el Día Mundial de Mandela
18 de julio
Uruguay






ESTAMOS EN LA PAGINA MUNDIAL



Ya está en la página oficial del MANDELA DAY colgado y accesible nuestro evento.

El link para entrar directo es

http://mandeladay.com/calendar/event/uruguay-homenajea-a-nelson-mandela

La página es www.mandeladay.com

Mandela en el Florencio Sánchez del Cerro

ACTIVIDAD 2011

Mandela: «Lo puso de pie un anhelo de libertad»

Vie 19/08/2011 - 12:00 por Editores de AEBU


Con la presencia del embajador de Sudáfrica, un público representativo de la zona del Cerro se congregó en el teatro Florencio Sánchez para homenajear a Nelson Mandela. La convocatoria realizada por el grupo Ciudadanos por el día mundial de Mandela —que Aebu integra junto a otras instituciones— obtuvo la respuesta participativa del embajador de Sudáfrica David Jacobs, del maestro y escritor José María Obaldía y del alcalde de la zona A, Gabriel Otero.
Estos invitados especiales dirigieron la palabra al público presente y destacaron la figura del fundador de la democracia sudafricana.
Jacobs valoró muy positivamente la iniciativa de Uruguayos por Mandela de proponer a las autoridades públicas la designación de una escuela con el nombre del líder, a la vez que destacó los lazos entre Uruguay y Sudáfrica, acrecentados por la permanencia de nuestra selección de fútbol en su país.
Por su parte, Obaldía agradeció a los organizadores la posibilidad de recordar públicamente en ese acto a «uno de los hombres más grandes del mundo y del siglo». Fundamentó su opinión al afirmar que «a un árbol se lo conoce por sus frutos, pero ha faltado quien diga que al hombre se lo conoce por sus ideales. Yo no dudo un segundo en decir que el hombre del siglo XX fue Mandela, porque a él lo puso de pie un anhelo de libertad».
«Quienes crecimos viendo a Mandela preso, al apartheid y su terrible proceso, quienes somos hijos de luchadores sociales y pasamos nuestra niñez durante la dictadura, no podemos menos que emocionarnos ante este homenaje», expresó el alcalde Otero.
Tras las aplaudidas intervenciones de los invitados, se dio lectura a la solicitud al gobierno de designación de una escuela con el nombre de Nelson Mandela, y posteriormente se recabó como primera firma de esta petición la del maestro José María Obaldía. (*)

El acto se cerró con la exhibición de la película Invictus, que desarrolla una de las iniciativas de Mandela destinada a unir al pueblo sudafricano a través del deporte.




También firmaron por la iniciativa personalidades de diferentes ámbitos de quehacer nacional:

Miguel Soler Roca (maestro)
Rodrigo Arocena (rector de la UDELAR)
Ruben Rada (músico)
Margarita Musto (actriz)
Carlos Liscano (escritor y Director de la Biblioteca Nacional)
Mario Lubetkin (periodista, director mundial de IPS)
Horacio Tato López ( ex basquebolista)
Fernado Pereira (representante de la FUM en el PIT-CNT)
Y los veteranos fundadores de la CNT: W. Turianky,, Ingancio Huguet, Juan Ángel Toledo, Luis Iguini, Honorio Lidner, Humberto Rodríguez, Eduardo Platero, Carlos
Bouzas, Daniel Baldasari, Alberto Melgarejo, Paulino Porras, Miguel Roque, Atilio Rodríguez y Geza Stari.