Casa de la Cultura de Maldonado,
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(agradecemos difundir)
Día Internacional de Mandela
05.07.2012
MONTEVIDEO (Uypress/Daniel Feldman) - En 2009, la ONU instituyó el 18 de julio como el Día Internacional de Mandela. Ese día, en este año, estará cumpliendo 94 años. El objetivo principal del Día de Mandela es inspirar a las personas a tomar medidas para ayudar a cambiar el mundo para mejor, y al hacerlo, construir un movimiento mundial para el bien.
En última instancia, lo que se
pretende es empoderar a las comunidades en todas partes. “Emprender la
acción, inspirar el cambio, hacer cada día un Día de Mandela”, es parte
del lema.
En nuestro país, un grupo de ciudadanas y ciudadanos
realizará el 31 de julio, por tercer año consecutivo, la conmemoración
de dicho día.
En 2010 la convocatoria se realizó en la Sala 18 de
Julio de Cinemateca y el año pasado en el Centro Cultural Florencio
Sánchez del Cerro. Este año la convocatoria es para la ciudad de
Maldonado. Participará el Intendente Oscar de los Santos y se espera
contar, como en las os ocasiones anteriores, con la presencia del
Embajador de la República Sudafricana. En la ocasión se proyectará la
película Invictus, protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon, que
trata sobre el campeonato Mundial de rugby que se realizara en Sudáfrica
y conquistara el locatario y cómo Mandela logró alinear a todo el país
tras su selección. También, el grupo de ciudadanos convocantes, viene
trabajando en la iniciativa de que se designe con el nombre de Nelson
Mandela a un centro educativo del país.
A continuación les entregamos el texto completo de la convocatoria:
La
Asamblea General de la ONU adoptó por consenso el Día Mundial de
Mandela en 2009. Se trata de un hecho histórico pues es la primera vez
que un día del calendario internacional lleva nombre propio: además de
Día de los Trabajadores, del Medio Ambiente, de los DDHH y otros muy
significativos, los representantes de todo el orbe se pusieron de
acuerdo en que este hombre simboliza los ideales que la organización
proclama –y que muchos de sus países miembros no practican–: libertad,
igualdad, justicia social, democracia. ¿Cómo fue posible que este negro
africano, proclamado terrorista por el régimen racista de su país desde
1964, pero también por otros –recién en 2010 su nombre fue suprimido de
la lista por el Congreso de los EEUU–, sea ahora el líder mundial vivo
más respetado y venerado? Muchas cosas han pasado en el mundo para esto;
seguramente, la más importante es la vida del propio Mandela: sus
ideales, su lucha, su entrega, su dignidad.
Mandela fue líder de un pueblo oprimido y
humillado por los racistas blancos, desde la conquista en el siglo
XVII, de la mano de la iglesia holandesa reformada que se autoadjudicaba
el papel de raza elegida y superior. Por las casualidades de la vida
logró estudiar en su infancia –fue el primero de su tribu que lo hizo–;
decidió ser abogado a pesar de haber sido expulsado del Colegio
Universitario por pertenecer al Consejo de Representantes Estudiantiles
–junto a su amigo Oliver Tambo– y promover una huelga. Fue el primer
abogado que estableció un estudio jurídico para defender a los negros,
por lo tanto, pobres y sin derechos, en los años 40.
Así se transformó en un activo luchador
del partido del Congreso Nacional Africano (CNA), integrando su juventud
y destacándose como dirigente. Fueron esos jóvenes que dieron un nuevo
impulso a la lucha histórica que desplegaba el CNA desde principios del
siglo XX contra el racismo y la explotación. Ellos fueron los redactores
de la famosa Carta de la Libertad, un documento de 1955 donde se
exponía un programa anti racista, liberador y democrático, que apuntaba a
la transformación radical de Sudáfrica.
Rápidamente se transformaron en
dirigentes del CNA y empezaron a ser reconocidos a nivel nacional como
líderes de todo el pueblo. Sufrió persecuciones, fue encarcelado y
juzgado con acusaciones falsas que él mismo, ejerciendo su propia
defensa, logró desenmascarar. Desde entonces, promovió la desobediencia
civil, las huelgas, la no colaboración; en fin, tomó gran parte de las
enseñanzas de Gandhi para desarrollar la lucha no violenta a pesar de la
represión brutal a la que eran sometidos.
Pero Mandela no dudó al inicio de los
años 60 en adoptar formas de lucha más radicales, incluyendo acciones
armadas y sabotajes, dado el incremento de la violencia del régimen y el
cierre de otros caminos legales.
Sería uno de los principales líderes del
pueblo sudafricano, perseguido y buscado por todo el territorio por las
fuerzas racistas que lo consideraban uno de sus enemigos fundamentales.
A pesar de su famosa habilidad para esconderse y recorrer pueblos y
ciudades organizando la lucha, fue nuevamente apresado y condenado a
cadena perpetua en 1964. En el juicio de Rivonia se le acusó de
sabotaje. Las declaraciones de Mandela ante el tribunal durante este
proceso son un clásico en la historia de la resistencia contra el
apartheid y han inspirado a todos. Su histórico alegato concluye con las
siguientes palabras: “He luchado contra la dominación blanca, he
luchado contra la dominación negra. He venerado el ideal de una sociedad
libre y democrática, en la cual todas las personas vivan juntas en
armonía e igualdad de oportunidades. Es un ideal al cual espero
consagrar mi vida y realizarlo. Pero si fuera preciso, es un ideal por
el cual estoy dispuesto a morir”.
Pasaría 20 años en la prisión de máxima
seguridad de Robben Island, donde fue condenado a trabajos forzados y
donde el racismo se expresaba hasta en la menor cantidad de comida que
recibían los presos negros. A medida que crecía la lucha del pueblo y la
presión internacional se hacía sentir sobre los gobernantes del Partido
Nacional sudafricano, hubo intentos de negociar con Mandela,
ofreciéndole su liberación a condición de que renunciara a ciertos
principios. Es famosa su respuesta, leída por su hija en un acto público
en 1984:
“Los prisioneros no pueden asumir contratos. Sólo
pueden negociar los hombres libres.” Esto le costaría seis años más de
cautiverio. Los sucesos políticos se precipitaron en el país y Mandela
fue finalmente liberado el 11 de febrero de 1990. Inmediatamente retomó
su rol de líder indiscutido del CNA y de todo su pueblo, logrando el
acuerdo de noviembre de 1993 que estipuló el nacimiento de un régimen no
racista ni sexista, democrático, bajo el principio de una persona un
voto – viejo lema de los luchadores negros sudafricanos –.
En las elecciones de abril de 1994
Nelson Mandela es electo presidente de la República de Sudáfrica,
cerrando una de las etapas más vergonzosas de la humanidad y abriendo
una nueva vida para ese gran país y todo el continente africano.
La población negra había sufrido todo
tipo de vejámenes, además de ser sometida a la explotación más descarada
por la minoría blanca. Razones de sobra tenían para pedir justicia por
los crímenes cometidos. Muchos pensaban que una guerra civil o un ajuste
de cuentas contra la muy minoritaria población blanca era la salida
inevitable a tan dramática situación. Sin embargo, aquí surge, otra vez,
la figura de este hombre lúcido y principista: no se trataba de imponer
el racismo de signo contrario ni de aplicar los mismos métodos que
habían condenado del opresor blanco. Lucharon, dieron sus vidas y sus
bienes, por una causa noble que no debían abandonar ahora que tenían el
poder.
Su prestigio y su capacidad militaron en esta dirección.
Mandela,
el que fue capaz de promover huelgas y sabotajes en los años del
apartheid, también fue el hombre que impulsó la Comisión de la Verdad y
la Reconciliación en su país. Para unos y otros. También se juzgaron los
crímenes cometidos por luchadores negros, incluida su esposa Winnie –de
quien se divorció años después–. Madiba –como le dicen, aludiendo a un
título honorífico de los viejos de su tribu– fue el hombre del
Campeonato Mundial de rugby en su país en 1995, deporte de blancos
odiado porlos negros, al que logró transformar en un hito de la unidad
nacional como tan bien cuenta el film Invictus.
No estamos solamente ante un gran
sudafricano, sino ante un líder mundial que lucha desde su juventud por
los valores que todos deberíamos promover y practicar; sin soberbia, sin
resentimientos y sin renunciamientos, ubicando siempre al ser humano de
cualquier color como centro de su preocupación.
Por todo esto, los uruguayos que vivimos
apasionadamente el Mundial de fútbol que su país organizó
magníficamente y que tanta alegría y autoestima nos devolvió, no podemos
dejar de sumarnos a este día, el de su cumpleaños 94, para celebrar
juntos su ejemplo y sus ideales, para comprometernos con su causa noble
que no es otra que la de una sociedad mejor para todos.
Ciudadanas y ciudadanos por el Día Mundial de Mandela
18 de julio
Uruguay
En nuestro país, un grupo de ciudadanas y ciudadanos realizará el 31 de julio, por tercer año consecutivo, la conmemoración de dicho día.
En 2010 la convocatoria se realizó en la Sala 18 de Julio de Cinemateca y el año pasado en el Centro Cultural Florencio Sánchez del Cerro. Este año la convocatoria es para la ciudad de Maldonado. Participará el Intendente Oscar de los Santos y se espera contar, como en las os ocasiones anteriores, con la presencia del Embajador de la República Sudafricana. En la ocasión se proyectará la película Invictus, protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon, que trata sobre el campeonato Mundial de rugby que se realizara en Sudáfrica y conquistara el locatario y cómo Mandela logró alinear a todo el país tras su selección. También, el grupo de ciudadanos convocantes, viene trabajando en la iniciativa de que se designe con el nombre de Nelson Mandela a un centro educativo del país.
A continuación les entregamos el texto completo de la convocatoria:
La Asamblea General de la ONU adoptó por consenso el Día Mundial de Mandela en 2009. Se trata de un hecho histórico pues es la primera vez que un día del calendario internacional lleva nombre propio: además de Día de los Trabajadores, del Medio Ambiente, de los DDHH y otros muy significativos, los representantes de todo el orbe se pusieron de acuerdo en que este hombre simboliza los ideales que la organización proclama –y que muchos de sus países miembros no practican–: libertad, igualdad, justicia social, democracia. ¿Cómo fue posible que este negro africano, proclamado terrorista por el régimen racista de su país desde 1964, pero también por otros –recién en 2010 su nombre fue suprimido de la lista por el Congreso de los EEUU–, sea ahora el líder mundial vivo más respetado y venerado? Muchas cosas han pasado en el mundo para esto; seguramente, la más importante es la vida del propio Mandela: sus ideales, su lucha, su entrega, su dignidad.
“Los prisioneros no pueden asumir contratos. Sólo pueden negociar los hombres libres.” Esto le costaría seis años más de cautiverio. Los sucesos políticos se precipitaron en el país y Mandela fue finalmente liberado el 11 de febrero de 1990. Inmediatamente retomó su rol de líder indiscutido del CNA y de todo su pueblo, logrando el acuerdo de noviembre de 1993 que estipuló el nacimiento de un régimen no racista ni sexista, democrático, bajo el principio de una persona un voto – viejo lema de los luchadores negros sudafricanos –.
Su prestigio y su capacidad militaron en esta dirección.
Mandela, el que fue capaz de promover huelgas y sabotajes en los años del apartheid, también fue el hombre que impulsó la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en su país. Para unos y otros. También se juzgaron los crímenes cometidos por luchadores negros, incluida su esposa Winnie –de quien se divorció años después–. Madiba –como le dicen, aludiendo a un título honorífico de los viejos de su tribu– fue el hombre del Campeonato Mundial de rugby en su país en 1995, deporte de blancos odiado porlos negros, al que logró transformar en un hito de la unidad nacional como tan bien cuenta el film Invictus.
Ciudadanas y ciudadanos por el Día Mundial de Mandela
18 de julio
Uruguay
Estimados amigos: gracias por la invitación que me remitieron. Lamentablemente, no podré asistir al acto en Maldonado. Ahora, con mis 90 años a cuestas, son pocas las veces que asisto a actos en el interior. Les deseo que las actividades que continúan organizando en homenaje al gran Nelson Mandela sean exitosas y que repercutan en la formación de nuestros jóvenes y nuestro Pueblo todo.
ResponderEliminarMuy cordialmente,
Miguel Soler Roca.